Soy el feliz padre de mi hermano X
Soy el feliz padre de mi hermano X
Es el culmen de la historia ahora tengo una legitima esposa.
Soy el feliz padre
de mi hermano (10)
Hola amables
amigos, hace muuuucho tiempo que no escribía, la verdad por una inveterada
pereza que me daba "arrastrar la pluma" aunque en este caso es más
bien "aporrear la tecla". En fin amables lectores, esta es la última
entrega de esta largísimo serie de capítulos de mi paternidad con mis tres
mujeres; mi madre, mi tía y mi ahora legítima esposa Marie.
Resumiendo la última
parte de mi relato anterior (el capítulo 9) mi querida tía Lupita ya estaba en
los albores de parir a nuestro hijo, solo faltaban 3 o 4 semanas para tan
trascendental acontecimiento. Nuestra actividad sexual había disminuido de
manera sustancial, sin embargo aun lo hacíamos de cuando en cuando pero de
manera sutil.
Cabe señalar que la
costumbre de "servirme el desayuno en la ducha" no se había
modificado, todos los días al levantarme para ir al trabajo mi amada
"esposa" me ofrecía mi "the renal" servido desde su
fábrica; es decir que yo me tendía de espaldas en las baldosas de la ducha
mientras mi tía se montaba a horcajadas en mi cara para regarla con su cálida
orina para que bebiera de su fuente mi bebida favorita.
Hecho lo cual le
limpiaba su coñito con lánguidos lametones a su conejo peludo y delicioso.
Habitualmente ella se venia al menos en un par de ocasiones con mis trabajos
orales.
Terminada mi ducha
mi madre secaba de manera amorosa mi cuerpo situación que aprovechaba para
darme un par de lametones en mi alicaída verga, con la promesa de que por la
noche habría de cumplir con "mis obligaciones conyugales" y darle su
diaria ración de verga; ¿el propósito?, sin duda el goce carnal que a ambos nos
producía, sin embargo había uno más sublime: el de dejarla preñada lo más
pronto posible.
Por fin de regreso
al trabajo, fui recibido "casi como héroe", Don Alfonso mi patrón y
dueño de la empresa me esperaba con mucho entusiasmo.
-Bien venido a
México, mi estimado Paco estoy muy contento con tu trabajo, ¿Qué tal Paris? Me
parece que los haz conquistado en todos los terrenos.
- Me pareció que en
sus palabras había un poco de doble intención, pero que va: ¿Cómo podría él
enterarse de mis andanzas con mi francesita. Por cierto al recordar a mi amada
Marie sentí una punzadilla en la entrepierna y un achuchón en el corazón; a mi
pesar me había enamorado de esa criatura de rubios cabellos y cara de ángel, ni
que decir de sus plenos y opulentos pechos y sus macizas y prominentes nalgas,
de su coñito semi-lampiño y jugoso, de su apretado y prieto ojo del culo….. En
fin de todo su ser. La extrañaba, si de verdad la extrañaba.
No quiero decir con
esto que mi madre, la madre de mi hijo primogénito o mi hermano, o bien mi tía
la futura madre de mi segundo vástago fuera menos importante, no ellas
continuaban siendo el frenesí de mis amores, el único hecho de ser "mi
familia" de manera literal le prodigaba mucho más morbo a disfrute de esa
incestuosa relación.
Don Alfonso convocó
a una junta de consejo para que diera a conocer el resultado de mis
negociaciones en el "Viejo Continente", la junta en pleno elogió mis
actuaciones y producto de ese regocijo fui ascendido a Gerente de la División
de mercadotecnia y confección de líneas exclusivas. División que fue creada ex
profeso para mí, pues no existía antes. Nuevamente el sueldo me fue aumentado
en el instante mas requerido pues mi situación económica de pronto sería
mayormente exigida, mi nuevo hijo estaba por nacer.
La jornada laboral
paso más pronto de lo que yo esperaba, así que raudo y veloz hice el viaje de
retorno a mi hogar. Me aguardaban ya mis dos hermosas esposas con una suculenta
cena que entre ambas prepararon, entré y con sendos besos en las bocas le
saludé con entusiasmo, en breve charla durante la cena les expuse las vivencias
de mi primer día de labores luego de nuestro glorioso viaje.
Como era de
esperarse les dio tremendo gusto la noticia, pues eso representaba una gran
tranquilidad económica para los tiempos ya inminentes que se avecinaban.
-¡Que gusto oír esa
noticia mi amor!, ahora nuestro hijo no tendrá nada de que preocuparse. Pues su
padre es un hombre muy trabajador y afortunado y habrá de velar por su familia
para que no les falte nada. Sin embargo existe una sola queja.
-¿una queja mi
amor? Dime cual y prometo tratar de complacerte. – dije yo.
- Desde hace 15
días que no me coges, siento mi panocha reseca y palpitante en espera de tu
leche y de tu verga dura. Necesito que me atiendas el asunto.
- Mi hermana,
perdón mi nuera tiene razón, ella también tiene derecho a reclamar su débito
conyugal, admito que te he acaparado todos estos últimos días en búsqueda de mi
embarazo, pero ella también es tu esposa y necesita que le des su dotación de
caña.
Hoy por la mañana
de eso platicamos mientras le rasuraba su coñito para prepararlo para el
nacimiento de mi nieto; le mame su rajita para consolarla y le saque tres
buenos orgasmos, me bebí sus jugos y hasta disfrute de un buen trago de su
orina, pero por mas intentos que hice no logre saciar su hambre de verga. Así
que le prometí que esta noche tendríamos una orgía incestuosa entre los tres,
pero ella sería la que reciba tu semen en su sexo.
- Así con que
conspirando en mi contra, ¡valla par de hembras calientes que tengo en casa! Y
no es que me disguste la idea, no, por el contrario me agrada muchísimo pues
también extraño el dulce coñito de mi tía Lupita, ahora que lo pienso bien: mi
querida y adorada madre, ¿podrías decirme el porque le rasuraste el coño a MI
MUJER, sabiendo que es algo que me agrada de sobre manera hacer a mi?
- Perdón cariño, es
que me deje llevar por la calentura, por la mañana después de que te fuiste al
trabajo escuche a mi hermanita gemir como marrana en el matadero, me sobre
salte al escucharla pensando que se sentía mal, tu sabes lo del parto nos trae
a mal traer a todos por igual, así que me dirigí presurosa hacia el baño que
era de donde provenían los gemidos; entre sin tocar la puerta y me encontré a
tú tía haciéndose una tremenda paja frotándose el coño con tus calzones sucios.
La parte donde se apoya tu vergota la tenía metida en su cuevita húmeda
mientras que a gritos pedía que la penetraras. Me dio mucha compasión su estado
y le ofrecí aligerar su deseo propinándole una buena comida de coño. Ella
accedió de inmediato y abrió sus piernas de par en par mostrándome su raja
mojada y enrojecida, chorreante de delicioso néctar de hembra caliente. Caí de
bruces entre sus muslos y de inmediato mi lengua se apoderó de su rezumante y
todavía peludo chocho, mis labios posaron en los de la palpitante raja mientras
la lengua acariciaba tiernamente el inhiesto clítoris. Ahí concentre mi ataque
con la lengua juguetona, la cachonda Lupita gimió con fuerza agradeciendo la
caricia al tiempo que con ambas manos sepultaba más profundo mi cara entre sus
piernas.
Dos grandes
orgasmos tuvo tu tía con mis labores bucales bañando por completo mi rostro,
impregnándole con su aroma exquisito haciendo que la situación se tornara más
caliente. Luego me pidió que me tendiera boca arriba en el piso, lo que hice de
manera instantánea. Mi hermana se trepó en la posición 69 allegando su herida
ante mi boca y tomando posesión de la mía propia; ¡a que boca tan experta y
mamadora de la preñada! Al tercer lengüetazo ya estaba yo al borde del orgasmo,
mientras tanto Lupita gozaba con el taladro de mi lengua que le perforaba hasta
el fondo de su húmeda caverna. En esos trances nos encontrábamos cuando ella
anunció una fisiológica urgencia: ¡¡ me meo, para por favor, me estoy meando,
no aguanto más! Ja ja ja, de cuando acá tan recatada y remilgosa, si tienes
ganas de mear hazlo en mi boca porque yo no pienso soltar mi presa en este
momento, primero me he de tragar hasta la última gota de tu orgasmo, luego ya
veremos si me da la gana soltarte, te recuerdo que soy tu suegra y en esta casa
mando yo.
La muy puta soltó
un tibio chorro de cálida orina que inundó mi boca, su sabor salado y amargo
llenó por completo mis sentidos transportándome al infinito, bebí y volví a
beber el agua de la fuente de los Dioses del Olimpo, al mismo tiempo descargaba
yo mi potente orgasmo en la boca de tu tía. Pasados unos minutos la calma
volvió a nuestros cuerpos parcialmente satisfechos, ambas sabíamos que lo
vivido era apenas la botana del banquete, pues no hay nada como una dura verga
alojada en tu túnel.
Fue entonces que se
me ocurrió la idea de rasurar el coño de mi nuera-hermana como una actividad
más de nuestro cachondo juego, solo que en vez de usara crema para rasurar a mi
caliente hermanita se le antojó usar un poco de crema chantilly, por lo que me
dirigí hasta la cocina para traerla. Al abrir la puerta del refrigerador me
tope con un pepino y una loca idea arribó a mi maquiavélica mente: ese sería
nuestro consolador. A falta de pan, galletas; a falta de verga, pepino. Lo tome
en las manos y corrí en busca de mi incestuosa amante, la futura madre de tu
hijo. Tan luego entré en el baño la encontré abierta de patas esperando mi
llegada, su chumino destilaba gruesos goterones de sus caldos, bueno pues…. Lo
que haya que ser será, le dije, me incliné ante sus piernas abiertas de par en
par y comencé a untar de crema toda su entrepierna preparándole para la
divertida tarea de afeitar su coño. Con suma delicadeza fui trazando cada uno
de los movimientos depilatorios hasta dejar expedito de pelos el camino a la
gloria de su sexo, tras algunos minutos la labor estaba terminada, entonces le
mostré el sustituto de tu verga a nuestra amante al tiempo que le hacia saber
mis intenciones. Las capto al instante y sus lujuriosos ojos brillaron
maliciosamente al tiempo que se acomodaba tendida de espaldas sobre una toalla
en el suelo para esperar mi acometida; antes de profanar con el juguete su
hendidura le propiné tres lamidas de coño, según yo para lubricarla, falso pues
ella se encontraba rebosante de caldito de panocha. Tan pronto le di la última
lamida le endilgue poco a poco, paso a paso, con amorosa delicadeza la mitad
del grueso instrumento de placer en su frágil coñito de embarazada y pronta a
dar a luz. Cuando hube llegado a la mitad del juguetito me puse en la posición
apropiada y dirigí mi panochita hacia la parte viva de tan fascinante verdura,
mi cuerpo descendio de poco a poco enterrándome la parte correspondiente en mi
chochito. De esta forma quedamos empaladas las dos hembras amantes del mismo
hombre, el hijo de una y sobrino de otra, ambas madres de sus hijos, el uno
nonato y el otro lactante. El pepino se ajustaba perfectamente a nuestros
cuerpos, sin embargo nada puede compararse a tu verga hijo mío, pero como dije,
a falta de pan ¡tortillas!, así que comenzamos a movernos de manera pausada al
principio y luego frenéticamente hasta que alcanzamos el orgasmo juntas. Con
lágrimas en los ojos tu tía me agradeció la ayuda brindada no sin antes hacerme
prometerle que hablaría contigo para que hoy mismo le hicieras el amor.
Así que aquí me
tienes de alcahueta, rogando por ella, bueno también por mi misma, para que nos
hagas el amor en esta misma noche, pero primero a mi hermana.
- Luego de tan
explicita razón por la cual el coño de mi hembra se encontraba ya depilado
negándome el placer de hacerlo por mi cuenta ¿Qué podía yo reclamar?, entendí
perfecto los motivos y más aun me disculpe con mi amada tía por haber sido tan
desconsiderado con ella. – bueno mis amadas esposas, ya entendí el mensaje y
pondré mis mejores esfuerzos en cumplirles a las dos, pero antes tomemos
nuestros alimentos pues estoy que desfallezco de hambre.
Nos dirigimos los 4
al comedor (mi pequeño hijo había despertado y jugueteaba conmigo y con
"sus madres") cenamos tranquila y apaciblemente, al probar la
ensalada percibí un saborcillo extraño en el pepino que degustaba en ese
momento, de inmediato llegó a mis recuerdos lo narrado por mi madre, al notar
mi cara de sorpresa las mujeres estallaron en una sonora carcajada.
- Ja, ja, ja, ja, reía
Lupita, - ¿A que te sabe tu pepino?, ¿tal vez a los jugos de tu madre?, o acaso
¿serán los míos? ¿Sabías que el comer pepino bañado en jugo de coño es
afrodisíaco? Decidimos "mi suegra" y yo que era mucho mejor preparar
tu ensalada con el pepino bañado en nuestras leches de coño. ¿Te agrado mi rey?
- ¡por supuesto
amor, sabe delicioso! Pero para serte franco: me gusta tomar el jugo de pucha
directo de su envase.
La
"indirecta" fue más que sugestiva, la gran putona de Lupita se monto
a la mesa subiendo su faldita hasta el abdomen abultado a causa de gran panza
de embarazada y espatarrada mostró su coño listo para el ataque.
- ¡pues entonces,
manos a la obra! Mejor dicho ¡boca a la pucha! Mamame y bébete mis jugos que
estoy ardiendo por tu verga.
-Me lancé de bruces
al encuentro de su ahora lampiño coño para saborear su delicado fluido cómo si
fuera el néctar de los dioses. Al cabo de unos 3 minutos la tenía al borde del
orgasmo, pero se negó a dármelo en la boca pues deseaba que le clavara mi
herramienta en su hambriento sexo, por lo que me puse de pie y dejé que los
pantalones se deslizaran hasta mis tobillos. La verga para entonces se me había
puesto como piedra así que delante de mi pequeño hijo y de mi madre me cogí a
mi tía Lupita.
Desde el primer envite
le largue hasta el fondo de su cueva mi ariete, un profundo suspiro de
agradecimiento salió de la boca de mi amante. Sus piernas se enroscaron por
detrás de mi espalda atrayéndome más profundo en sus entrañas. Las caderas
comenzaron un acompasado movimiento de mete-saca cadencioso, lento, profundo y
delicioso. Entonces mis estocadas se hicieron más profundas; mi orgasmo se
avecinaba, mi tía estaba ya para entonces en el éxtasis de su brama y con
último empujón me vine en lo profundo de su cueva.
Acezantes los dos,
saciados los instintos me desplome en mi silla. Mi madre y mi hijo miraban
atentos el ayuntamiento carnal entre sus parientes. Por parte de mi madre con
lujuria, mientras que mi hijo solo miraba atento y sonreía pensando tal vez que
jugábamos a algún extraño juego.
Presa de un loco
frenesí mi madre depositó a nuestro hijo en mis brazos y corrió presurosa a
servirse un café, situación a mi juicio bastante rara. Cuando se hubo servido
la bebida tomó una cucharilla de la mesa y la introdujo en el coño de su
hermana, quien se encontraba todavía en éxtasis despatarrada en la mesa del
comedor. Con la ayuda del plateado adminículo comenzó a extraer la totalidad de
mi semen mezclado con los jugos de "su nuera" y cucharada a cucharada
los fue depositando en la aromática bebida.
-¡¡ hummmm, me
encanta el café con leche, y si es la leche de mi hijo es todavía superior!!!
Voy a extraer toda la lechita de Paquito, al fin de cuentas a ti de nada te
servirá en este momento, y a mí pues…. Me servirá para "endulzar" mi
cafecito.
-¡ si que eres
depravada, cabrona!, mira que eres una envidiosa, acepto que la leche de tu
hijo de poco me podrá servir en el momento que me encuentro lo que no quita que
la disfrute dentro de mi cueva. Pero bueno si lo deseas así comparte esa bebida
con tu amada "nuera" y ¡Santas Pascuas!, todo arreglado. Es más
querida Marthita, si lo deseas puedo aderezar ese manjar con poco de "vino
renal" si te apetece.
-¡Que brillante
idea haz tenido mi caliente hermanita!, déjame traer otro vaso y llénalo de tu
rico "vinillo de riñón" que brindaremos con él Tú, mi hijo y yo por
el feliz arribo del nuevo integrante de la familia.
-Mi tía vació el
contenido vesical colmando el vaso hasta sus topes, el ambarino néctar se
antojaba apetitoso por lo que mi madre fue la primera en degustarlo mientras
"brindaba" por la felicidad de su familia. El segundo turno fue el de
mi tía quien secundo a mi madre en la oferta, a continuación tocaba a mi libar
de la olorosa bebida, si bien a ciencia cierta la prefiero directa de la fuente
no podía desairar a mis lindas esposas. Así que apure de un sorbo el contenido
paladeando su salobre gusto.
Mi calentura volvió
a subir y mi palo se irguió de nueva cuenta en una respetable erección, tocaba
el turno al coño de mi madre recibir los honores de la jodienda para lo cual la
puse en cuatro patas directamente en la ansiosa boca de mi tía, quien leyendo
de inmediato mis intenciones se prendió del coño de su hermana y a mamar se ha
dicho. La lengua juguetona se prendió del botoncillo erecto del clítoris ajeno
mientras que yo encaramándome a la grupa de Marthita le perforaba con certera
estocada de mi acero.
La mezcla de
sensaciones de la caricia lingual de mi panzona tía y el estrecho abrazo de la
pucha de la autora de mis días me llevaron hasta el culmen de mi goce,
afianzado a las caderas de la potranca que yacía bajo de mis envites le
endilgué toda mi hombría y explote en lo profundo de sus carnes. La boca de
Lupita ávida se prendió al coño de mi madre y "devolviéndole el favor"
se puso a extraer todo mi esperma del túnel de su aguerrida hermana. Mi madre
protestó por la osadía reclamando su derecho a conservar mi semen en el cuerpo
pues deseaba embarazarse, más la deliciosa caricia y la escasez de fuerzas
terminaron por rendir su resistencia.
Nos besamos
mutuamente y levantamos los enseres de la cena para disponernos a entregarnos a
un merecido y anhelado descanso.
Dormí a pierna
suelta en medio de mis hembras, ya no habría más sexo en esa noche, mis
reservas estaban totalmente aniquiladas. A la mañana siguiente me desperté muy
temprano para dirigirme al trabajo, tomé una reconfortante ducha para terminar
de espabilarme, mientras que mi madre entró al baño para vaciar su vejiga
invitándome a beber el vino de su fuente. Por increíble que esto parezca me
negué rotundamente a realizarlo, pues sabía que no podía ni debía estirar ya
más la cuerda.
Desoyendo las
reclamaciones de Marthita bajé a tomar un sorbo de café y un bocadillo además
de unas buenas vitaminas pues de tanto coger con mi familia se me estaba ya
secando el seso.
Durante una semana
la rutina en mi hogar fue muy tranquila, no hubo sexo entre nosotros (bueno al
menos no conmigo, por que entre el par de putillas de las hermanas a diario se
comían mutuamente el coño). Al termino de ese periodo mi tía comenzó a sentirse
indispuesta "de la tripa", al parecer le "habían caído mal sabe
que alimentos" y un pequeño cólico le indispuso buena parte de la mañana.
A mi salida del trabajo recibí una llamada a mi móvil. Era mi madre que me
apuraba a llegar a casa pues su hermana se encontraba en los inicios de su
labor de parto.
Me sorprendí de tal
evento pues según las cuentas mías todavía faltaban al menos una semana, pero
reflexioné en el hecho que con las apoteósicas cogidas que le había propinado
los días anteriores de seguro le abrí el agujero de salida de nuestro hijo.
Con premura llegué
hasta mi casa y como bólido corrí al encuentro de mi amada tía, en efecto
Lupita se encontraba en la cama con mi madre a su lado para reconfortarla
sobándole su hermosa panza, lo curioso del caso es que la boca de Marthita se
encontraba ¡¡¡ En el coño de su hermana!!!, vaya cabrona que es mi madre.
Al notar mi
presencia a guisa de explicación me dijo que quería lubricar el camino por
donde pasará mi hijo y que no le costara trabajo su llegada. Por espacio de
unas dos horas mi mujer tuvo las contracciones uterinas, más de pronto anunció
que sentía algo raro, como si quisiera mear, mi madre comprendió entonces que
la fuente no tardaría en romperse y nos apresuró a ambos a dirigirnos al baño
para poder recibir en mi boca el líquido de la futura madre.
Hacia allá nos
trasladamos Lupita y yo, ella totalmente desnuda y por mi parte arrancándome de
encima la ropa. Al quedar desnudo me tendí presuroso boca arriba esperando que
el coño de mi amada se posara en mi boca lo que sucedió un instante después, de
frente a mi cara quedo su vientre prominente y lustroso, sus ojos entornados
con ternura se posaban en mi rostro mientras que mi boca iba en busca de su hendidura.
Comencé a lamer su rasurada panochita para esperar el arribo del fluido
transparente cuna de mi nene como había ocurrido anteriormente con su hermano y
mi madre, solo que en esta ocasión ella se sentó en el trono de mi erecta verga
y se la metió hasta la misma empuñadura al tiempo que afirmaba que mientras un
bebé salía el otro habría de ser engendrado en ese momento de triple gloria. El
caso es que la naturaleza no espera y con un pujido de mi tía su fuente se
rompió dándole salida hacia mi boca a tan delicado néctar. Lo bebí hasta la
última gota y todavía alcancé a apurar un buen chorro de orina largado por mi
hembra, al mismo tiempo presa de ese paroxismo explote mi leche en el coño
materno que se tragaba mi verga hasta su mismísimo útero.
Adecentamos
nuestros cuerpos y emprendimos "mi esposa" y yo el camino hacia el
nosocomio donde nacería nuestro hijo, el mismo donde a casi un año hubiera
llegado su hermanito.
Mi madre esperaba
noticias en la casa al cuidado de mi primer retoño, ansiosa y feliz por el
próximo acontecimiento. Dos horas más tarde llame a Marthita para anunciarle
que ya era abuela de una linda y regordeta niña que gozaba de cabal salud,
según lo reportado por lo galenos que le atendieron.
Al segundo día de
estancia mi "esposa" fue dada de alta, mi madre fue la encargada de
recogerle pues me encontraba con una montaña de trabajo pendiente en la
empresa.
Al tiempo de salir
fui interceptado por mi secretaria quien me anunciaba que tenía una llamada
telefónica proveniente de París, era Marie, estaba seguro de ello.
Tomé la llamada en
mi despacho y al oír la voz de mi amada se me hicieron yo-yo los calzones, le
saludé con mil palabras amorosas, pregunté como se hallaba, que tal el trabajo
y cosas así por el estilo. En breves minutos le conté que mi hija había nacido
un par de días atrás y que estaba por salir hacia mi casa para reunirme con mis
hembras.
-Te felicito amor,
que bueno para ti, ¿Cómo esta mi "socia"?, dime ¿Cómo se encuentra la
criatura, "mi suegra se encuentra bien", por fin logró preñarse?.
Te tengo una
fenomenal noticia, bueno en realidad te tengo dos, aunque una ya debías
imaginarla : ¡¡¡ESTOY EMBARAZADA DE TRES MESES!!!, VAS A SER EL PADRE DE MI
HIJO, DIGO NUESTRO HIJO, la otra ¿podrías adivinarla? _ ¡Dime que no estoy
soñando, que es verdad que vas a darme un hijo!, mi amor que gran noticia. Pero
y…. ¿la otra?, por piedad ya no me tortures que no estoy para acertijos en este
momento, deseo llegar a casa y contarles a "tus socias" la gran
noticia de tu embarazo
- Calma amorcito
loco, calma. No seas tan desesperado, la otra noticia es que…… ¡me voy a vivir
a México contigo!, conseguí la corresponsalía de la firma en tu país, luego del
negocio que cerramos mi jefe quedo encantado con las condiciones pactadas y
decidió que abriría una oficina en México, así que me ofreció la oportunidad y
la acepté gustosa, para entonces ya sospechaba mi embarazo y era la oportunidad
de encontrar al padre de mi hijo. Así que amor mío dentro tres o cuatro semanas
viajaré a tu país para estar juntos toda la familia; tus hijos que desde ahora
también serán mis hijos, mi hijo que será el hijo de tu otras dos esposas, y
nosotros CUATRO tus tres esposas y tu mismo.
- La noticia no
pudo ser mejor, tras un par de minutos más de conferencia salí disparado para
mi casa al encuentro de mi familia que había crecido de manera exponencial en
un abrir y cerrar de ojos. Por fortuna mi ingreso económico sumado al negocio
de mi madre y la ayuda de Marie nos auguraban un buen nivel de vida no obstante
la muy numerosa familia que formábamos.
Tan pronto como
llegué a casa subí presurosos al encuentro de mi angelito recién llegado, tía
Lupita se encontraba amantándolo mientras mi madre bañaba al pequeño Paquito.
Bese a mi mujer en la boca y a mi hija en la cabecita de pelo negro y
ensortijado. Mi madre entro a la habitación con mi hijo en brazos y me beso en
la boca entregándome al pequeño demonio para que le atendiera.
Con gran entusiasmo
les conté los pormenores de la charla con Marie, ambas mujeres estallaron en
llanto de alegría. La familia estaba completa al fin.
Luego de unos
minutos de sosiego Lupita me hizo volver a la realidad, tenía que atenderla
como corresponde a un amante esposo, su coñito requería de su cuidadosa
ablución de "mantenimiento" para limpiarle de los loquios que su
útero expulsaba.
Acomodando su
cadera en el filo de lecho multiconyugal desplegando sus torneadas piernas de
par en par permitió que su coño quedara libre de obstáculos.
Me hinque ante su
altar y mi lengua salió en busca de la entrada de su santuario, lamí y bese el
adorado coño de la madre de mi hija. Devoré con gusto sublime todos los restos
de su feliz maternidad y deje el delicado órgano perfectamente limpio.
Aun mi madre le
propinó dos o tres lamidas más a su hermanita para según ella, asegurarse de
que no quedaba nada en la raja y evitar enfermedades.
Mas tarde me cogí a
mi madre con renovadas ilusiones de preñarla cuanto antes, mi verga retozó en
la profunda caverna peluda de en medio de sus piernas, 3 orgasmos me brindó
Marthita antes de que mi leche regara las entrañas que me dieron vida y que muy
pronto habrían de gestar de nueva cuenta a mi segundo hijo incestuoso procreado
con mi madre.
Así pasaron las 3
semanas que mediaban para la llegada de Marie a México, la víspera del viaje
llamo a casa para que fuera a esperarla al aeropuerto y conducirla a su nuevo
hogar. Pasados los trámites migratorios le recibí con amoroso júbilo y le colmé
de besos, luego nos dirigimos a casa donde nos esperaba la familia con una cena
de bienvenida para mi radiante "esposa". La velada fue estupenda y la
charla entretenida, por su parte Marie estaba encantada al conocer a su
"pequeña hija".
-¿Haz pensado en
que nombre le pondrás a "nuestra" hija?
-Por supuesto, lo
he venido pensando desde hace algunos días- contesto mi tía- la pequeña se
llamara ¡Marie! Como su "otra" madre.
- Gruesas lágrimas
de dicha brotaron de los ojos de la francesita; presa de arrobadora ternura se
levantó de su asiento y acudió a besar en la boca a su "socia de
amores" como ella llamaba a mi madre y a mi tía, las manos de Marie
tomaron la cara de Lupita y le acarició con ternura y agradecimiento, la lengua
fue en busca de la otra y se tensaron en un "feroz batalla"
bebiéndose mutuamente sus alientos al tiempo que juguetonas comenzaron a dejar
deslizar sus manos cada una en el cuerpo de la otra.
Eso dio inicio al
desbordamiento de la lujuria entre todos los ahí reunidos y las ropas
comenzaron a volar por todas partes. Pronto nos encontrábamos en cueros los
cuatro amantes ya dispuestos a dar rienda suelta al desenfreno de la orgía.
La primera en tomar
posesión de mi herramienta fue Marie, alegando que le correspondía ese honor
pues ya habían pasado muchos días sin que ella probara mi hombría y la deseaba
"con toda el alma". Me propinó un vivificante mamada que puso el
ariete al rojo vivo, Lupita por su parte se abalanzo a libar el coño de la
rubia al mismo tiempo que mi madre se montaba a horcajadas en mi boca para que
le comiera el coño.
Valla inicio tan
celestial de esa inenarrable noche, la noche de bienvenida para siempre a
nuestra esposa, si nuestra esposa, pues desde hoy yo seria esposo de las tres
cachondas hembras y entre ellas también serian esposa cada una de las otras.
Tan pronto como
Marie considero que mi verga estaba lo suficientemente dura para perforarla se
encaramó clavándose ella misma hasta el tope, montada como amazona inició un
frenético mete-saca que nos transportó a las puertas mismas del paraíso, cuando
de pronto se dio un último sentón que aplastó mis huevos contra su crica y
desfalleció en un poderoso orgasmo bañando con sus jugos toda mi herramienta.
Mi semen brotó orgulloso desbordando el túnel de la Walkiria. Sin perdida de
tiempo la boca de Lupita reclamo para si el "privilegio" de limpiar
la unión de nuestros sexos y beber la mezcla de los jugos del placer.
Agotados por el
goce recién vivido nos dispusimos para un merecido descanso, así pues toda la
familia nos dirigimos a nuestro lecho conyugal, el cual de pronto comenzó a ser
pequeño para albergar los cuatro cuerpos. Dormí junto a Marie abrazado a su
tetonas con la verga alojada en su "chiquito", luego mi madre y por
último Lupita, pero a condición de que se alternarían entre todas para que cada
noche le tocara a una de ellas el dormir con mi carnita dentro.
A la mañana
siguiente, por cierto día inhábil nos levantamos entrada la mañana, tras de
propinarnos sendos besos acudimos en masa hasta la ducha, fue ahí donde tome mi
primer desayuno: el vino renal de mis tres amores directamente de sus
respectivas fábricas. Al término del aseo mi madre anunció que tenía algo
importante que comunicarnos y que quería hacer una genial propuesta a la
familia.
-¡Tengo una gran
noticia para todos!, ejem, ejem, -se aclaró la garganta.- ayer por la mañana
acudí a un reconocimiento con el Médico, me realizó un minucioso examen y
confirmo mis sospechas………. ¡¡¡ESTOY
EMBARAZADA DE MI HIJO!!!! Tengo 4
semanas de embarazo, lo cual quiere decir que me preñaste aquel mismo día que
te tomaste el agua de la fuente de mi hermana, cuando me soltaste el lechazo en
mi cuevita le escribiste la cartita a la cigüeña. ¡felicidades mi amor!
-Todos lloramos de
júbilo, Marie abrazó a su "suegra" y le llenó de besos por todas
partes, de la misma manera Lupita se comió a besos a su hermana y por supuesto
yo no me quedé atrás.
-Gracias, gracias a
todos por celebrar conmigo tan grande acontecimiento, pero ahora escuchen con
atención lo que tengo que decirles: aunque se que Lupita y yo desearíamos
convertirnos en la legítima esposa de nuestro amado amante esto es totalmente
imposible pues somos madre y tía, la ley no lo permite y más aun lo castiga,
por eso he pensado que la única hembra de su harem que no tiene impedimento
alguno es Marie, pues entonces que ella sea la que se case por todas las leyes
con nuestro hombre. Lo que pase tras las paredes de esta casa es asunto solo
nuestro, pero la boda de mi hijo será lo mas importante, por otra parte asegura
la legal estancia de la extranjera y dará seguridad jurídica a nuestra
descendencia.¿que opinan?
-La propuesta fue
aceptada de inmediato, a los 4 meses Marie se convertía en mi legítima esposa,
su embarazo ya avanzado al 7 meses hacia lucir su panza sumamente hermosa, mi
madre para entonces también esbozaba un promontorio de casi 5 meses, mi tía me
hizo prometerle que le daría a ella un segundo hijo tan pronto como fuera esto
posible.
La "noche de
bodas" fue un aquelarre de sexo desenfrenado, para iniciar le hicimos los
honores al coño de mi ahora esposa, uno a uno le saboreamos la cuevita hasta
que derramara sus jugos en la boca mamadora en turno. Luego de esa
"bienvenida", colocada en cuatro puntos le sepulte la verga hasta el
fondo de su apretado culo, mientras tanto mi caliente madre se las apañó para
meterle un tremendo consolador que estaba fijo con un curioso arnés a su
papaya, una parte del aparato le perforaba su chumino peludo y mojado, la otra
prodigaba fuertes envites en el coño de su nuera. Mi tía Lupita también se
colocó un arnés idéntico del de mi madre, tras de lubricarlo de manera generosa
con aceite se afianzó a mis caderas y antes de que me diera cabal cuenta
¡ENSARTO EL CIPOTE EN MI ANO!. Las embestidas no esperaron ni un segundo,
jadeante de placer inició su cadencioso mete-saca.
Tengo que reconocer
que el asalto fue de mi total agrado, por vez primera mi orificio era
penetrado. El goce supremo de la súbita e inesperada intromisión de mi culito
fue trasmitido a prieto hoyo de mi esposa, quien en respuesta a la reacción en
cadena desatada se fue a morder los melones de su suegra. Descargué mi simiente
en el culo de mi amada cayendo rendido con mi tía todavía dentro de mi recto.
Con inusitada agilidad para la hembra embarazada se montó en mi cara para
descargar toda la venida en la mi boca.
Consumada la boda
mis parientes nos dejaron solos para que nos amáramos en privado.
Todavía tuve la
energía para amarla en dos ocasiones, ahora de manera tierna y calmada, en
ambos casos le largue el semen en su tibio conejito. Solo al fin de la jornada
mi esposa se puso a lamer el culo adolorido por la brutal empalada que me había
dado mi tía. Me lamió amorosa y me colmó de besos negros mi chiquito.
Los siguientes días
fueron de mucho ajetreo, tanto para la ya definitiva instalación de los
consortes (Marie y yo) como por las tremendas orgías entre los cuatro.
Continuamos desde siempre durmiendo todos en una sola cama. El tiempo paso
volando.
El caso fue que
Marie parió un par de gemelitos, niño y niña, tan rubios como ella, mi madre
dio a luz a otro varoncito y mi tía se encuentra embarazada de nueva cuenta,
cursa actualmente el 7 mes de preñez, dará a luz a otra nenita según lo
confirman los estudios que le han realizado, así que las posibilidades de que
emparejen entre ellos son muy amplias y esperamos que continúen con el sublime
placer del incesto.
Como apunte final
le diré, aunque supongo que ya lo adivinaban, que al igual que los anteriores
embarazos de mis hembras también me bebí el agua de la fuente, por partida
doble, y limpie el coño de Marie durante el puerperio. Y sin duda habré de
hacerlo cuando corresponda el tiempo de mi tía.
Este es el capítulo
final de esta serie. Espero le haya gustado.
Besitos para todos en sus cositas y felices pajas.
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